La verdadera historia del croissant

2000

Cuando pensamos en los orígenes del croissant pensamos en algún avezado panadero parisino que inventó este bollo delicioso para sorprender a su amada con un dulce en forma de media luna. Imaginamos desayunos en terrazas de Montmartre o en buhardillas de Le marais y es que el croissant es el símbolo de las boulangeries francesas, pero nada más lejos de la realidad pues el croissant no es francés e incluso hay teorías que cuestionan que su origen sea siquiera europeo.

Un poco de historia

La historia más difundida en cuanto a su origen es la que vincula la creación del dulce a la invasión turca. Corría el 1683 y el imperio Otomano avanzaba por Europa en su guerra contra el Imperio Romano Germánico. Con el gran visir Kara Mustafá al frente tras conquistar Constantinopla, los Balcanes y parte de Hungría el ejército turco avanzaban dispuestos a invadir Viena, pero la ciudad estaba rodeada por completo por una muralla. Los 200.000 soldados otomanos decidieron entonces cavar túneles por debajo de la muralla que los llevase directamente al centro de la urbe y sorprender a sus habitantes en mitad de la noche.

Como de todos es sabido, ser panadero es una profesión sacrificada en la que es necesario madrugar mucho para poder tener pan recién hecho a primer hora de la mañana cada día, es por ello que los panaderos vieneses, eran de los pocos habitantes despiertos a esa hora y presenciaron la emboscada de los turcos pudiendo así dar la voz de alarma, despertar al resto de la ciudad aún dormida y detener el ataque.

Para celebrar la victoria y la resistencia de la ciudad de Viena contra los turcos, los panaderos crearon un bollo en forma de luna creciente, la misma luna que aparece en la bandera turca. Una forma de decir que se comieron a los turcos antes del desayuno.

Fue la reina Maria Antonieta, de origen austriaco, la que hizo llegar a la corte de Versalles el croissant junto con otros productos y dulces que acabaron por formar parte de la cultura culinaria francesa.

Sus ingredientes

Los ingredientes para elaborar croissants de mantequilla, los más populares y sabrosos, son simplemente harina de fuerza, levadura, agua fría, azúcar, una pizca de sal y mantequilla. Nada más. Pero el secreto de un buen croissant reside en su amasado y en respetar los tiempos de reposo y enfriamiento.