Educar a los hijos: el estilo democrático, conjugando normas y límites con amor

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Uno de los principales factores de los que depende la educación de los hijos es el estilo de educación de los padres.

Para que el aprendizaje de los niños sea lo mejor posible, muchas veces habrá que modificar este estilo y adaptarse para ser lo más democrático que se pueda con ellos.

Educar a los hijos: el estilo democrático, conjugando normas y límites con amor

Ser padre no es fácil. Está claro que hay y habrá muchas ocasiones en que sea complicado actuar de una forma serena y racional, sin dejarse llevar por las emociones.

A veces será difícil comportarse de forma democrática con tus hijos, y querrás actuar de una forma más autoritaria, o incluso es posible que hayas adoptado un estilo demasiado permisivo en casa y eso te esté pasando factura.

La democracia en casa

Lo verdaderamente importante es tener claro el estilo que queremos implantar en la educación de los hijos y no abandonarlo a la primera de cambio, ni ante los momentos más complicados y que nos exijan más.

El progenitor democrático es una figura que educa de manera activa, es decir, que se implica en la educación de sus hijos, así como en su felicidad y su desarrollo.

A diferencia de otros estilos, lo que predomina en su relación con ellos es el amor, el respeto y la confianza, todo ello de manera recíproca.

No son los padres irascibles que están al acecho ante el mínimo error de sus hijos, ni los padres excesivamente preocupados que los sobreprotegen en demasía, ni los que permiten cualquier conducta en ellos, sino aquellos que, a través de respuestas de afecto y cariño, muestran que confían en sus hijos, lo que hace que éstos respeten más su figura.

Objetivo claro: autonomía de los niños

La educación de los hijos debe tener un objetivo claro: desarrollar su autonomía.

Como padres, debéis esforzaros al máximo para que vuestro hijo aprenda a valerse por sí mismo, a hacer cosas independientemente de vosotros.

De lo contrario, el niño desarrollará una dependencia hacia sus padres que puede convertirse en un grave problema a corto y largo plazo.

De esta forma, se cumplirá otra de las metas que toda buena educación debe tener: potenciar su desarrollo.

Al fin y al cabo, lo que queréis es que vuestro hijo crezca de manera saludable y positiva. Permitiendo su autonomía personal, dejando que tome sus propias decisiones, arropándole sin asfixiarle y confiando en él lo conseguiréis.

La importancia de tener normas y responsabilidades

Otro aspecto muy importante en la educación, y uno de los que más problemas genera, es el cumplimiento de normas y responsabilidades en casa.

Las normas deben ser vistas como pautas generales de comportamiento, unas reglas de conducta de toda la familia y de toda la casa.

No deben ser unas obligaciones impuestas, y mucho menos injustas o injustificadas. Deben negociarse con toda la familia, incluyendo a vuestros hijos, de manera que se sientan involucrados en ellas y así les sea más fácil cumplirlas.

Del mismo modo, no hay que irse al otro extremo, siendo totalmente permisivos y viviendo en una casa sin normas o con reglas impuestas directamente por los hijos.

La respuesta es la creación consensuada de reglas y responsabilidades, siempre teniendo claro, como padres, qué dirección queréis tomar.

Tampoco seáis excesivamente rígidos a la hora de su cumplimiento. Es decir, no hay que comportarse de manera estricta ante una norma desobedecida, pero obviamente tampoco ser totalmente relajado y pasar del tema.

La respuesta es la flexibilidad en el cumplimiento: ni volvernos locos cuando ocurra algo que se sale de lo estipulado ni instaurar el pasotismo en casa.

Dejad claro que las normas están para cumplirlas, reforzando inmediatamente cuando vuestro hijo las respete e insistiendo cuando no lo haga, motivándole a que cambie la próxima vez.

Tu comportamiento con ellos marcará lo que serán en un futuro. Si actúas bajo estos parámetros de educación democrática y con este estilo como bandera, ellos aprenderán a comportarse de la misma forma.

Además, tus hijos incrementarán su autoestima enormemente al sentirse valorados, queridos e integrados en el contexto familiar; desarrollarán una gran madurez y responsabilidad al estar implicados en las normas de conducta y ser conscientes de sus consecuencias y ampliarán en gran medida sus relaciones sociales, siendo más competentes y tolerantes con los demás.

Así que no lo dudes: instaura la democracia en tu estilo de educación y potencia la libertad y el desarrollo de tus hijos.